Después de varios años de su apertura, en 2012, al público (y de pasar enfrente innumerables veces) por fin fuimos a visitar esta zona arqueológica cerca de Zoquiapan en Tlaxcala.
En un altozano poblado de yucas mayestáticas se alzan varios montículos reconstruidos que han recuperado, si no su antiguo esplendor, la capacidad de asombrarnos haciéndonos imaginar un pasado no tan lejano. Tan sólo 500 años. Los templos de Ehécatl, dios del viento y de Mictlantecutli, dios de la muerte y resurrección, dominan el paisaje.
Antes de su descubrimiento formal en 2001, era un lugar agreste, con las mismas yucas centenarias a donde, tras pasar la lluvia que removía el terreno, íbamos a buscar puntas de flecha e “ idolitos” de barro.
Sultepec “el lugar de las codornices” su nombre original, era una parada en el comercio entre la costa y la Gran Tenochtitlán, los señoríos de Tlaxcala y el reino de Texcoco. Resguardaba la frontera del reino de Texcoco de los señoríos de Tlaxcala. Es de clara influencia teotihuacana lo que sitúa su construcción hacia el año 450 EC. Su ubicación la hizo obligada antes, durante y después de la Conquista.
Ahí llegó en 1520 Pánfilo de Narváez con órdenes de prender a Hernán Cortés y llevarlo a juicio en Cuba por insurrección con una caravana tras de él. Los acolhuas capturaron a un gran contingente y durante varios meses sacrificaron a por lo menos 550 de ellos.
Existe un tzompantli* donde identificaron cráneos de hombre, mujeres, niños, negro y mulatos. La verdadera venganza de los muertos llegó con el principio de la peor pandemia padecida por el continente americano. La viruela que arrasó al continente y mató a un estimado de entre tres y tres y medio millones de indígenas, llegando a 15 millones en un lapso de cinco años entre México y Guatemala.
Durante la colonia se le llamó Tecoaque, “donde se comieron a los dioses” y es, según la cultura popular, el lugar donde nació uno de los platillos mas emblemáticos de nuestro México.
EL POZOLE
Si, el pozole que tan felices nos hace después de una noche de fiesta y nos permite recuperar forma humana, o nos acompaña en las noches mexicanas, verde en la costa guerrerense, rojo en el altiplano, blanco donde sea y siempre presente.
Pues sí, a los sacrificados se les comía de manera ritual** La cabeza se dejaba secar para que el cráneo fuera atravesado casi descarnado y expuesto en el tzompantli* el resto del cuerpo se cocinaba con chiles, maíz y especies. Exactamente igual que hoy. Y se servía con la verdura local. Exactamente igual que hoy. Y también como hoy, era comida de fiesta y celebración.
Dejo por aquí unas fotos de nuestra excursión familiar y una buena receta de pozole, esta vez no de gachupín sino de un humilde puerco.
el Gordo (Jorge) y yo, descendiendo pirámides como se debe
TODOS TODOS
entrando… un sol implacable y cielos transparentes.
Y como a mí el pozole que me gusta es el verde les dejo la receta de ese.
foto de la red, el m mío de mi se hará hasta año nuevo…;)
Carne de puerco con grasa, tapa de lomo, costillas y si te atreves, media cabeza de puerco, claro. (despreocúpate, no irá al tzompatli) se cubren con agua, un par de hojas de laurel, una rama de tomillo y una cebolla en cuartos, se cocinan hasta que estén suaves, ahora sacas la cabeza y dejas la carne.
Maíz cachuahuazintle descabezado bien cocido, para eso ponle un poco de pimienta gorda o dulce, que se le añade a la carne ya lista para que no se desbarate. (muchas alusiones a cabezas, caray)
Haces una salsa de tomatillo verde, chile serrano, cilantro, perejil, unas hojas de espinaca, pepita verde de calabaza. Hasta aquí se licúa todo y se le añade epazote, orégano, laurel. Se deja sofreír y se aparta.
Cuando la carne y el maíz estén juntos se le echa la salsa y ¡está listo! Para servir, ya sabes; pones para que cada quien le eche a su plato: tostadas tipo totopos, chicharrón, queso añejo, aguacate, lechuga rebanada finita, rábanos frescos, orégano, limones frescos y chile piquín.
*tzompantli; exposición de cráneos atravesados por palos y dispuestos en hileras. Símbolos de vida y resurrección, semillas para la continuación de la especie humana y ofrenda al cielo.
** el canibalismo existía de manera ritual, solamente se consumía para tomar las características del enemigo, su fuerza, valor u otras virtudes.
PS: En otra entrada les cuento del GRAN TZOMPANTLI
Espero el capítulo del Gran Tzompantli