Escrito encontrado a finales del año de 2121, en los subterráneos de lo que fuera la ciudad de Barcelona, España, UE.
Aún no me han cubierto con el velo infamante, no me han encerrado entre paredes altas y amenazadoras como a tantas otras, no sé si me encontrarán o cuando lo harán… escribo esto con la esperanza de que alguien, algún día, sepa lo que pasó con la mitad de la especie, si es que alguien sobrevive. Me he refugiado en el santuario de los túneles invisibles del metro, en la oscuridad segura del subterráneo.
Hemos decidido, nadie supo como, quizás en silencios compartidos, en miradas cómplices, en murmullos escondidos; que no tendremos mas hijas, aunque nos cueste la vida… sólo dejaremos nacer a los varones, de todos modos ellos, la otra mitad de la especie, no se dan cuenta, alimentaremos sus egos ya de por sí desbordados. En una generación, en muy pocos años, habremos desaparecido para siempre… ¿nuestra venganza? ¡Es muy fácil de entender!
Nunca jamás habrá otra mujer a la que cubrir con velos, otra mujer a la que asesinar, otra mujer a la que golpear, ninguna mujer a quien exigirle sumisión o abnegación, nunca jamás volverán la esclavitud ni el dolor… todo pasará, ciertamente… todo pasará y la vida, esa, la vida también pasará…
El enlace de arriba muestra a una madre pidiendo que la dejen morir a ella y a su hija. Y no es la única
Esta imagen está tomada de IG de una cuenta que, por desgracia, olvidé. Si alguien la conoce pues le daremos las gracias entre todas.
Nota;
Este texto lo empecé a escribir hace poco más de diez años, cuando los taliban entraron la primera vez a Kabul. Creí, como creímos casi todos, que la libertad había ganado cuando fueron expulsados a las montañas. Craso error. Nuestro mundo está cada vez mas violento y menos tolerante. Los derechos que se habían ganado, con sangre, sudor y lágrimas, a la equidad y a ser. simplemente seres humanos, se han diluido en el racismo y odio imperantes. Y hoy, ese texto que creí ya pasado y olvidado resurge como un rollo del Mar Muerto ahora con unas pequeñas correcciones. Por desgracia muy pequeñas.