Estos son tiempos de recuentos, de introspección y de revisar lo que ha sucedido en nuestras vidas.
Y también son tiempos de crear y de cosechar y de gozar lo creado con y en el tiempo.
Hoy les comparto algo que hice, si, así, con tiempo y en el tiempo. Un licor que se toma su propio tiempo, desde siempre.
Empezamos en la noche de San Juan, el 24 de junio. Por la tarde o durante el día y a mano, recoges del árbol 52 nueces, verdes, verdaderamente verdes. Se dejan al “sereno” durante la noche.
Aquí va empezando la magia.
Las cortas en cuartos y en un gran vitrolero las cubres de azúcar y las dejas descansar a la luz del verano por dos o tres días, haciéndose presentes en la vida diaria y en tu cocina, dejas que el azúcar se disuelva y entonces, sólo entonces, añadirás los “aromas”
Cáscara de limón amarillo
Anís estrella
Canela
Pimienta dulce o gorda
Cerezas frescas
Chabacanos
¿Cuánto, te preguntas? la respuesta siempre es “lo que pida” *
Y un par de litros, o un poco más, de un buen vodka
Ahora sí, cubres el frasco y lo pones en un lugar oscuro y fresco. Deja que el tiempo haga lo que tiene que hacer durante todo un ciclo. No lo muevas, no lo mires, no lo disturbes. Déjalo en paz. Está reuniendo lo necesario para convertirse en un licor de meditazioni
Llegado que sea el dos de noviembre se cuela través de trapos limpios y se pone en botellas de vidrio. Déjalo de nuevo en su lugar, se está acostumbrando al paso del tiempo, midiendo y acomodando.
El día del solsticio de invierno, en Navidad o para la noche de San Silvestre estará listo para tomarse.
Al final de tu comida importante, sentado frente a un libro o una ventana sírvete un dedal como decían nuestras abuelas y te darás cuenta del porqué le llaman vino de meditaciones.
Ahora sí, pongo la receta secreta (es tan secreta que a veces ni yo me la sé, suelen olvidárseme)
52 nueces (cómo semanas tiene el año) Un kg y medio de azúcar Cáscara de un limón amarillo, sin lo blanco Cuatro o cinco chabacanos Algunas cerezas, ocho o diez Una vara de canela Anís estrella, tres o cuatro Pimienta dulce/gorda, cuatro o cinco Vodka Stoli, dos litros Las nueces manchan, mucho y no se quita lo negro, usa ropa vieja, guantes y tablas que no te importen. Y lo que te quede en el vitrolero después de colarlo en el la noche de muertos, NO LO TIRES. Añádele un par de botellas de vino blanco cómo un pecorino o pinot Grigio y déjalo descansar también hasta Navidad. Es un maravilloso vermouth. Esta receta es inspirada por la original que se hace en los Apeninos, Modena el Abruzzo, en Italia por los monjes en sus monasterios. Y digo inspirada, porque a la manera mexicana tiene un poco de otras cosas...
"Déjalo en pazr", y cuando veas que alguien lo está tomando, déjalo en paz, está tomando su tiempo, haciendo lo suyo. Felicidades, Tabi, todo un trabajo alquímico, tradicional y significativo. Excelente regalo, además.