Las almas de nuestros muertos siguen entrelazadas en nuestra historia, en nuestra trama, se meten debajo de la piel y así seguimos viviendo en ellos y ellos en nosotros.
En estos últimos tres años o poco menos en la familia hemos tenido “bajas” Lo malo de algunas de estas bajas es que han sido inesperadas.
La última, este cuatro de julio, vivirá en la memoria familiar de una manera especial.
Gerardo, CHAPU parte del clan, y parte muy importante, sucumbió a una sepsis tras de dar una dura batalla.
Nos reunimos para celebrar su vida, algunos faltaron y llegaron antes o después, pero la mayoría de la tribu estuvimos ahí.
Así se sigue aprendiendo a estar…
Cuando Gerardo nació, hace 52 años, nadie daba un quinto por su vida. Prematuro y con problemas, su madre, abuelas y tías contuvieron la respiración y los rosarios iban como cadenas de bicicleta.
Su abuelo, que era muy ocurrente, le puso de inmediato el mote de chapulín, pues había saltado antes de tiempo. Al principio de su vida vivió en casa de los abuelos. Y es aquí donde empieza la leyenda.
En esa casa, una granja en realidad, con mangos, jardines y patios, también parió una boxer. El Chapu ya gateaba y de repente le dio hambre, lo mas a la mano que estaba era la “Julie” apartó a los cachorros y él también se prendió de una teta. Lo encontraron dormido entre los perritos y con la cara llena de leche.
Y pues fueron pasando los años, muy alegre y bueno para la fiesta, organizador de conciertos y eventos de todo tipo. En ese momento creemos que Dios consideró que sería una buena adición para las pachangas de allá arriba y mandó a San Pedro a buscarlo.
“órale mi Piter, andáte a traer al Chapu puéee” (Dios es chiapaneco, por lo menos aquí)
Y el bueno de san Pedro pensó ¿qué es fácil? un choque de frente con un poste viniendo en moto ¡excelente idea!
El poste existe, doblado aún por el impacto del casco ¿y el Chapu? se levantó como si nada. San Pedro no dice diablos pero si alguito le supo a requemado.
Y ahí sigue… la historia continúa; según el folklore familiar ahora St Píter mandó una pancretatitis, salió como si nada, se “amarró la tripa” (bypass gástrico en español) perfecto, la muerte de su padre, de su madre y siguió siendo el alegre amigo, primo incondicional de todos, excelente y amoroso marido y padre y pescador continuador de la tradición paterna.
¡Ah! pero seguramente era necesario del otro lado. Así que ¡vaya puéee una peritonitis! y la salvó hasta que, según la versión de la Bety, la más chica de nosotros, Dios tomó cartas directas en el asunto y una más ya fue la definitiva. (*)
Y así nos reunimos, un clan, una tribu, herencia de nuestras madres y abuelas que contra viento y marea, a pesar de desavenencias y problemas entre las familias privilegiaron el amor y los lazos indisolubles de la sangre. Siempre hubo, y hay, café para platicar de todo y de nada en una mesa redonda, una mano, un hombro y una oreja solícitas.
La cita fue en el rancho de uno de nosotros, gracias Carla y Lacho por la hospitalidad, primos, algunos tíos, mucha chiquillada a celebrar la vida del Chapu y de los que se fueron a esa otra fiesta con anterioridad adelantándose o preparando el camino.
Nos llenamos los ojos de montañas y de verdes, caminé descalza bajo la lluvia de la mano de una niñita, lloramos, reímos, jugamos de esos juegos divertidos y antiguos, cuerda para jalar, cuerda para saltar, globos para atrapar y reenviar… hicimos una ceremonia en la bellísima capilla donde entre risas, lágrimas y aplausos platicamos anécdotas e hicimos un compromiso; Estar para Lorena, MaLorena y Adrián, su familia y la nuestra.
En la caja donde pusimos nuestros pensamientos se fue también parte de nuestra alma.
Nos hacen falta los que se fueron antes; uno arrebatado por el crimen, otros por la enfermedad, todos nos dejan un espacio en el corazón que se va llenando de amor y solidaridad con la familia recordándonos que “morirse está en chiapaneco” y vivir es para siempre.
Hemos decidido que para la próxima nosotros ponemos la comida y la fiesta pero… ¡por Dios, que otra familia ponga el muerto!
*La historia es original de Bety Castillo, lo que tengan que ver, ahí con ella… ;) (aunque es mi primita chiquita así que ¡lo que sea con ella, conmigo!
(Y la cinta si tiene razón, NO es frágil pero si peligrosa)
Como siempre Tabi, haciéndonos ver tu extraordinaria versión del mundo. Eres un regalazo de inspiración para mí.
Una historia muy hermosa y una realidad: la muerte es vida y hay que festejarla, aunque nos duela la ausencia.