“Es de bien nacida ser agradecida”
Agradezco estos año de pandemia, de encierros forzosos, de ausencias y duelos; no por el dolor y si por los encuentros. Gozosos, dolorosos, amorosos y sorprendentes.
Suena casi como rezar el Rosario. Y si… tiene y es, como sus cuentas mismas, algunas oscuras y otras brillantes.
Todas valiosas.
¿Qué encontraste? ¿Qué ganaste cuando creías todo perdido?
Estoy segura (porque yo tengo algunas) de que tienes “piedritas blancas”* que marcan esos días maravillosos que iluminaron el camino.
Amigos reencontrados o recuperados, no sé muy bien y no me importa. Tan sólo saber que están, y que están bien, me llena el corazón
Familia que se reordena sin que nos demos cuenta y así es. Y es cómo ha de ser. Como los médanos y los manglares que protegen el litoral.
Nuevas maneras de expresar lo que vivimos. Escribir, danzar, crear… amasar panes, dejarlos levar, cocinar aromas y especies y simplemente dejar que el tiempo haga lo que tiene que hacer.
Asombrarme ante vidas nuevas. Mis regalos del Cielo. Ojos de agua y cabeza de fuego. Sonrisa de picardía y saber ancestral. Ojos profundos y sonrisa desdentada que me dedica a ratos, de cabellos azules. Y ambos me derriten.
Y sobre todo agradecer un día mas, una sonrisa o una frase, una nube fresca y un rayo de sol cálido, una luna menguante que se recoge para renacer.
Siempre y cada día es Año Nuevo
Gracias
Gracias
Gracias
* los antiguos romanos marcaban con una piedrecita blanca los días que les habían hecho felices
Te agradezco a ti que me lees por estar ahí.
Te agradezco a ti que no sabes que escribí esto para ti también.
Me encanta leerte
Un beso
Espero consigamos este año llenarlo de piedras blancas.
Me hace feliz leerte Tabi.
Gracias, gracias, gracias.