Apenas celebramos en estos días el equinoccio, en el hemisferio norte de otoño, en el sur es el de primavera (donde por cierto regalan flores amarillas ¡que lindo! lo apuntaré para cuando aquí sea primavera)
El día y la noche tienen la misma duración, lo que vuelve esta fecha mágica para nuestra alma humana, hay cambios en el cielo y en la tierra. Un momento de transición entre la luz y la oscuridad. El cielo es más azul, más profundo. Las nubes han cambiado sus formas y las adivinanzas de perritos y leones se transforman en dragones y serpientes celestes.
Los celtas celebraban este tiempo con libaciones a los árboles del bosque, seguramente con hidromiel “mead” fermento hecho de miel silvestre. (Otra buena idea para copiar.) La naturaleza y nosotros nos preparamos para cosechar la siembra, dar gracias al cielo y a la tierra por su abundancia, descansar y pedir por una primavera florecida.
Y de este lado del mar los pueblos originarios de Mesoamérica también marcaban los equinoccios de maneras importantes.
Los mayas, grandes astrónomos, tenían un calendario de sistema vigesimal formado por 18 meses de 20 días y un mes extra de 5 días, conformando los 365 días del año celebraban el equinoccio de una manera singular en el “castillo” de Kukulkán, en Chichen Itzá. Una de las siete maravillas del mundo, por cierto.
Y para celebrarlo como ellos y junto con ellos hay que estar en los días de equinoccio, tanto primavera como otoño (y también dos o tres días antes y dos o tres días después), aproximadamente a las 16:30 cuando el sol empieza a descender, proyecta sus rayos sobre la pirámide, haciendo que la sombra de las nueve plataformas de los laterales del castillo forme unos triángulos sobre la escalinata terminando sobre las cabezas de serpiente que adornan el inicio. El espectáculo dura aproximadamente una hora, hasta que la serpiente de sombras se hunde en la tierra.
Otros lugares en México para ver los equinoccios
Fascinante corto sobre arqueoastronomía maya
Por cierto, yo aprovecho para poner en mi casa arreglos de hojas doradas, conchitas y ramas del mar, alguna calabaza…
Mabon uno de los ocho marcadores de la rueda anual, esta está dividida en ocho partes que se denominan Sabbats. Están los Sabbats mayores (Samhain, Imbolc, Beltane y Lammas) respectivos a las cosechas, la presencia o ausencia de la luz, la fertilidad y la muerte. Mientras que los Sabbat menores (Yule, Ostara, Litha y Mabon) están relacionados a cada una de las 4 estaciones del año: Yule/Invierno, Ostara/Primavera, Litha/Verano y Mabon/Otoño.
Alguna bibliografía; Hutton, Ronald The Stations of the Sun: A History of the Ritual Year in Britain, 1996 Koch, John T. (2006). Celtic Culture: A Historical Encyclopedia. ABC-CLIO Lady Majo.
Thank you Tabitabi, I had to read this in Google translate to understand. It's so true that the equinoxes are a special time of transition and balance. I find it fascinating how different cultures have celebrated this event throughout history. It shows the deep connection between humans and nature, as well as our shared fascination with the cosmos.