Reconozco que me gusta compartir mi vida; me encantan FB, twitter, whatsapp, telegram, IG... lo que se te ocurra. Busco memes, latinajos casi olvidados o francos plagios de otros muros o frases de libros (sí, también leo libros y muchos) envío felicitaciones casi por cualquier cosa y acompaño a los que están tristes y lejos, comparto fotos mías o de otros que me parece les gustarán, me peleo en twitter y elijo mis batallas.
Me encanta ver fotos de mis hijos con sus amigos, de mis amigos con sus hijos, con sus nietos, de mis primos y sus vidas, de los amigos de mi infancia y adolescencia, de como van creciendo los pequeños de la familia, de recitales, de fiestas y piñatas, de noches de antro, de la boda del primo al que casi nunca veo y de la fiesta a la que no fui. De logros familiares y de funerales también.
Ciertamente tengo muchos amigos de FB y de IG, muchos de ellos no son mis amigos mas cercanos, otros a partir de eso se han hecho parte de mi vida y estamos mas cerca que nunca, Y también tengo muchos amigos que se la pasan diciendo malos agüeros y profecías sobre compartir la vida de más.
El otro día me pidieron que quitara una foto, con mucho gusto lo hice pero me pregunto ¿si somos adultos y no tomamos fotos "comprometedoras" por qué esconder lo que hacemos? Me dicen que los pongo en riesgo, que pongo a mi familia en riesgo. No creo que a nadie le importe si pongo un twitt o un mensaje de IG sobre ¡vamos a vernos hoy en la playa a este sitio maravilloso!
Hay una cultura de paranoia, no sólo en México, en el mundo entero, sentimos que nos persiguen y que nuestro teléfono o nuestras redes sociales lo usarán para extorsionarme o pedir rescate. A algunos les ha sucedido que los suplantan, tener cuidado, al igual que en la vida presencial, es lo mas recomendable para evitar el robo de identidad.
En esa cultura se inscriben los conspiranoicos y los “trolls” que atacan sin piedad a lo que se mueva. Con ignorarles es suficiente, ya se irán on sus gorros de aluminio a otra parte.
Los "malos" no se tomarán la molestia de revisar mi perfil y buscar entre mi montón de amigos para ver quién es secuestrable. Además de que mis preferencias están en mantener la privacidad, hay mucha información que sólo es para mis amigos y para mí.
Exactamente igual que en la vida real, pero extendida. Creo que Marshal McLuhan estaría en éxtasis.
Me encanta recibir felicitaciones por mi cumple, comentarios a mi estado de ánimo y apoyo en mis desvelos y preocupaciones, me gusta animar a mis amigos y a mis amigas en sus problemas y en sus alegrías, compartir fotos, fiestas y días, logros y preocupaciones.
Me gusta el sentido de comunidad que se crea con messenger o whatsapp entre la familia y que compartimos chismes, recetas y fotos instantáneamente (aunque a algunos les moleste el grillito de los mensajes, es fácil ponerlo en silencio, el mío así está) me sorprende que a los que no les gustan las redes sociales si usen el teléfono o los cafés... es lo mismo pero en GRANDE.
¿Cómo hacerles entender que el mundo se ha encogido? ¿que ahora tenemos la capacidad maravillosa de la comunicación instantánea?
¿Cómo regalarles el gozo del compartir?
Siempre fuiste una persona social, gregaria, de muchos amigos. Supongo que las redes te son absolutamente irresistibles :-) Y está bien.
Mira esto: https://elpais.com/icon/2022-08-05/pero-quien-permanece-en-facebook-anatomia-de-los-usuarios-de-la-ultima-red-en-la-que-se-puede-conversar.html
Una reflexión interesante Tabi. Tema que genera mucha controversia .